miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Por qué es importante aprender a decir "no"?


Una de las dificultades que muchas personas presentan tiene que ver con decir lo que uno piensa. Con expresar sus propios deseos o sentimientos. Y cuando no los expresamos por norma general terminamos sintiendo frustración e ira. En este sentido resulta de importancia saber decir "no" cuando lo sentimos así y es lo que queremos. Pero si nos resulta imposible decir "no" otros aprovecharan esta circunstancia, porque cuando somos incapaces de decir "no" dejamos de ser dueños de nuestro tiempo y de nuestra vida.

Aprender a decir "no" es importante a la hora de gestionar nuestro tiempo. Porque un motivo para no acabar las actividades planeadas es tener que satisfacer las demandas inesperadas por parte de otros. A no ser que la demanda sea una cuestión fundamental (por ejemplo, una tarea del trabajo puesta por el jefe), tenemos derecho a decir que no tenemos tiempo y que tenemos que llevar a cabo otras actividades. Aunque muchas personas piensan que decir "no" conduce al rechazo o enfado por parte de los otros, lo cierto es que si se hace de forma apropiada no tiene estos efectos, sino que suele contribuir al respeto mutuo. Y este es uno de los motivos por los que no se hace, por miedo al enfado, así como también porque tenemos la idea de que hay que complacer a todo el mundo porque sino nos rechazaran, no querrán ser amigos, o porque pensamos que pensaran mal de nosotros y nos entran sentimientos de culpabilidad, que no nos permiten decir "no" prefiriendo ser los perjudicados nosotros mismos. Porque aunque no sintamos culpabilidad acabamos sintiendo frustración o ira, por no hacer lo que deseamos o queremos.

El hecho de no saber decir "no" puede perjudicar a las relaciones familiares, pareja, amistades, por circunstancias como, por ejemplo: tienes ya establecido un plan con una persona, pero después otra te solicita un favor y como te da cosa decirle que no puedes accedes a hacerlo a pesar de que estas dejando a la primera en segundo lugar y colgada. Y suele suceder que la persona a la que dejamos colgada es con la que normalmente tenemos más confianza, pero claro este tipo de circunstancia repetida en el tiempo va desgastando la relación.

También decir "no" es importante en otros ámbitos como por ejemplo en la educación de los hijos, cada vez que corresponde y para marcar normas y límites. Así como también es importante que los adolescentes sean capaces de hacerlo para no entrar en problemas, consumo de drogas, etc, por miedo de quedar mal ante el grupo de iguales.

Tenemos que tener en cuenta que si normalmente no decimos a nada que "no", adquirir este nuevo hábito nos llevará un tiempo. Y que cuando empiece a decir "no" a familiares, amigos, etc. es probable que de momento se molesten. Si se queda afectado por las reacciones, es muy probable que tenga sentimientos de culpa o crea que no tenía derecho a negarse, así que piense que con el tiempo entenderán que no siempre tiene porque decir sí a todo lo que le pidan. No caigamos en la falsa creencia de que tenemos que adaptarnos a los demás, a lo que nos pidan, porque si no corremos el riesgo de perder una amistad.

Recordemos que tenemos derecho a decir "no" sin sentirnos culpables o egoístas; así como tenemos derecho a pedir lo que se quiere, sabiendo que la otra persona tiene derecho a decir "no".

Unas recomendaciones básicas para cuando nos pidan algo y queramos decir "no":

Sopese la petición del solicitante, por ejemplo:" Comprendo que te iría muy bien que yo te hiciera ese recado...". Así le dará tiempo a pensar si realmente quiere hacerlo o no.

Cuando haya tomado su decisión, mire a los ojos de la persona que le hizo la petición. No tienes porque responderle inmediatamente.

Dale una breve explicación, sobre todo si se trata de un amigo o familiar. Pero recuerda que no estamos obligados a dar explicaciones a nadie y si lo hacemos en este caso es por cortesía. Por ejemplo, no dispongo de tiempo para hacerlo... Ahora me resulta imposible...

Exprese su negativa con claridad. Decir "no" es un derecho humano fundamental.

Y para reflexionar preguntémonos: ¿realmente dedico tiempo a lo que más valoro? ¿me perjudica en este sentido no saber decir "no"?

lunes, 28 de mayo de 2012

Sección de noticias: Cómo envejecer con elegancia (y sin molestar a nadie)


Este año celebramos el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, y noticias como esta van dedicadas a ello. Cambiemos nuestra visión del envejecimiento y aportemos un granito de arena para mejorar la calidad de vida de nuestros mayores, por ellos y por nosotros el día de mañana. Y recordar que ser mayor no es sinónimo de no poder hacer nada. Las relaciones entre personas de diferentes generaciones resultan muy enriquecedoras. Así que disfrutemos de los nuestros y aprendamos de ellos todo lo que podamos.

“La vejez es un proceso natural por el que todo el mundo pasa y que empieza a producirse desde el mismo día de nuestro nacimiento”, explica la escritora y profesora jubilada Isabel Agüera, autora de El arte de envejecer. Guía práctica para mayores felices. Sin embargo, ¿se asumen con naturalidad y sin complejos las consecuencias del rodillo imparable del tiempo o los años son una losa cada vez más pesada que impide vivir la vida con plenitud y felicidad? Según la óptica de Agüera, “hemos sido educados en la cultura de la juventud en vez de en la vejez y, ahora más que nunca, se potencia el concepto de la eterna juventud”.
Negar la evidencia del envejecimiento mediante el “autoengaño” sólo complicará las cosas. Para Agüera, “no hay que tener miedo en dar pasos hacia adelante y cuanto antes se asuma el hecho de que todos nos hacemos mayores, sin verlo como algo lejano que sólo les sucede a los demás, más probabilidades tendremos de prevenir sus consecuencias negativas, retenerlas o corregirlas”. Pero, ¿cuáles son las claves prácticas para envejecer siendo felices y sin miedos?Hoy en día ser mayor es sinónimo de marginación en muchos aspectos
Como se desarrolla en profundidad en El arte de envejecer, el primer paso consiste en desprenderse de los prejuicios sociales y roles de edad creados por las sociedades contemporáneas. “En otras épocas históricas y civilizaciones era distinto, pero hoy en día ser mayor es sinónimo de marginación en muchos aspectos. La gente suele esconder su edad porque se tiene en cuenta para todo y puede crearte problemas. Sin embargolo importante no son los años, sino la actitud ante la vida, las ganas de vivir y hacer cosas”.
El mito de la eterna juventud
Desprenderse de estos prejuicios significa “recuperar la personalidad propia y definirla bien sin dejarse llevar por las modas y las costumbres familiares o sociales. Si sabemos lo que queremos podremos evitar ser manipulados por todos estos ingredientes porque es ridículo presumir de ser eternamente joven”. La escritora cordobesa insiste en que el resultado de asumir estos roles “crea personas en serie, con el mismo corte de pelo, el mismo tinte para esconder las canas y los mismos trajes, lo que nos convierte en seres impersonales”.
Por eso, saber envejecer no es una habilidad o una destreza, sino un arte. “Todo lo que hacemos se puede ver desde la óptica del arte, entonces, cualquier actitud, gesto o palabra es como una pincelada que damos en el lienzo de nuestra vida y debe ser lo más perfecta y elegante posible para no ser disonante con nuestro propio universo”. Ilusión, creatividad, espíritu libre y ánimo para desarrollar nuevos proyectos son algunas de las actitudes artísticas que Agüera recomienda adoptar para vivir la vejez con la mayor plenitud posible.Hasta el último día que tengamos aire para respirar tenemos que mantenernos activos
Cierto es que el paso del tiempo deja huellas irreversibles a lo largo del tiempo, principalmente en forma de achaques o de pérdidas irreparables de seres queridos, pero es fundamental que estas realidades “no nos absorban de tal manera que nos impidan ver la luz del sol. Muchas veces sólo vemos nubes en nuestro interior, pero siempre hay algo por lo que ilusionarse en este mundo, por muy pequeño que sea”.
Vivir para cuidarse y no cuidarse para vivir
Para recuperar esta ilusión por la vida superando las adversidades, Agüera recomienda “no quedarse en casa sentados en el sillón, que es lo que nos apetecería, ni asumir que ya no se tiene nada que hacer o aportar. Hasta el último día que tengamos aire para respirar tenemos que mantenernos activos, sin dejarnos llevar por el desánimo. Mucha gente cuando se jubila o llega a una determinada edad dice: "Ahora voy a cuidarme porque tengo que vivir, pero desde mi punto de vista debe ser al revés, cuidarse para vivir porque siempre es preferible vivir luchando y siendo activo, dentro de las limitaciones de cada uno”.
Agüera llama la atención sobre cómo los jóvenes de hoy en día envejecen más rápido por su pasividad y sedentarismo ante la vida, ya que “suelen estar desanimados, sin ilusión por nada y sin capacidad inventiva o creativa, lo que los convierte en personas más viejas que muchos de los mayores”.
Los roles de género perjudican el correcto envejecimiento femenino
El arte de envejecer se convierte en una tarea más difícil de asumir entre las mujeres que entre los hombres debido al machismo imperante, sobre todo, entre las generaciones más mayores. Como explica la autora, “la formación que hemos adquirido es fruto de un producto cultural, por el que la mujer siempre tiene que estar guapa para agradar al hombre, pero tenemos que evolucionar e intentar estar guapas para agradarnos a nosotras mismas. Desde mi punto de vista, a las mujeres todavía se les exige mucho más que a los hombres”.La formación que hemos adquirido es un producto cultural que dificulta el correcto envejecimiento femenino
El rol de género también suele pesar en la distribución desigual de las tareas domésticas y de los cuidados, lo que quita tiempo a las mujeres para desarrollar sus propios proyectos y disfrutar de su tiempo autónomamente. Poco a poco, esta situación está cambiando y cada vez es más frecuente entre las parejas jóvenes repartirse el trabajo doméstico, apunta la escritora. Para llegar a una plena igualdad que permita una armonización entre hombres y mujeres para envejecer felizmente “es una obligación desenterrar el rol masculino como el jefe de casa y el femenino como ama de casa”, añade Agüera, que ve el futuro con optimismo porque “las mujeres son cada vez más intransigentes y ya no quieren a un marido autoritario en casa”.
No convertirse en canguros de los nietos
Isabel Agüera califica como un “vicio” entre los mayores su afán por dar consejos porque “nos creemos que nuestra propia experiencia ya lo es todo, pero es un error que no nos impide seguir aprendiendo y nos hace pasivos”. Uno de los consejos más repetidos en El arte de envejecer, y que la autora ya anticipaba en Guía práctica paraEl papel de los abuelos consiste en potenciar los lazos familiaresabuelos y nietos es que “debemos saber llegar a abuelos molestando lo menos posible a los demás y procurar estar en la vida con elegancia”. El papel de los abuelos debe ser “discreto”, actuando como un cohesionador familiar, “promoviendo la convivencia entre los tuyos, organizando reuniones y comidas, pero sin imponer nunca nada”.
Por otra parte, Agüera concluye que los abuelos no deben convertirse en “canguros de sus nietos”. Echar una mano cuando haga falta sí, pero no sistemáticamente porque el protagonismo que han adquirido actualmente en el seno familiar es “injusto” y perjudica el arte de envejecer.

Fuente: 
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/05/16/como-envejecer-con-elegancia-y-sin-molestar-a-nadie-98012/

viernes, 25 de mayo de 2012

Vídeos psicoeducativos: Los diez NUNCAS que el cuidador debe respetar ante un enfermo de Alzheimer


Sección de noticias: Las personas más capaces de superar la adversidad están más satisfechas con la vida



Las personas con más capacidad para superar las adversidades --las más resilientes-- son las que están más satisfechas con la vida, según un estudio realizado con alumnos de Psicología de la Universitat Autònoma de Barcelona(UAB).
El trabajo, publicado recientemente en 'Behavioral Psychology', avala cómo ante las situaciones más adversas, como puede ser el caso de la pérdida de un ser querido, algunas personas sufren las secuelas toda la vida, mientras que otras --la mayoría-- se sobreponen y la intensidad de las emociones negativas va decreciendo con el tiempo.
No obstante, hay un tercer grupo de personas a quienes la vivencia del trauma las hace crecer personalmente, haciendo que sus vidas adquieran un nuevo sentido y saliendo reforzadas.
Investigadores de la Unidad de Psicología Básica de la UAB han analizado la respuesta de 254 estudiantes de la Facultad de Psicología en diferentes cuestionarios para evaluar su nivel de satisfacción con la vida y encontrar relaciones con su resiliencia y con la capacidad de reparación emocional, uno de los componentes de la inteligencia emocional que consiste en la habilidad de controlar las propias emociones y las de los demás.
Los datos del estudio han mostrado que los estudiantes más resilientes, el 20% de los participantes en la encuesta, tienen más satisfacción con la vida y son también aquellos que creen que pueden controlar sus emociones y su estado de ánimo.
De ello se desprende que la resiliencia tiene un efecto predictor positivo sobre la satisfacción con la vida.
"Algunas de las características de las personas resilientes pueden ser entrenadas y mejoradas, como la autoestima y la regulación de las propias emociones", explica el profesor del grupo de investigación de la UAB Joaquín Limonero, quien asegura que con este aprendizaje se podría dotar de recursos a las personas para facilitar su adaptación y mejorar su calidad de vida.
En la investigación han participado también el investigador de la UAB Jordi Fernández, los profesores de la Escuela de Enfermería Gimbernat Joaquín Tomás-Sábado y Amor Aradilla Herrera, y la psicóloga e investigadora de la mútua de accidentes laborales Egarsat Maria José Gómez-Romero.

Fuente: Europa Press

miércoles, 23 de mayo de 2012

Amor y desamor, ¿Qué nos lleva a ello?


¿Qué influye para que nos sintamos atraídos por otra persona, y que normalmente no somos tan conscientes de ello?

La proximidad de manera habitual genera agrado, que dos personas que mantienen una relación de amistad o amorosa sean de un entorno común (trabajo, misma localidad, etc.). La clave no es tanto vivir cerca de la otra persona, sino la posibilidad de encuentro frecuente y cotidiano. Porque facilita oportunidades para conocerse, comprenderse y poder desarrollar una evaluación favorable hacia la otra persona. Tener en cuenta que la familiaridad facilita el agrado. Pero si se produce saturación puede aparecer el efecto contrario y crear desagrado. En cualquier caso, la repetición del encuentro con la otra persona favorece la familiaridad y ésta a su vez la confianza.

El atractivo físico. El físico de las persona resulta importante al inicio de una relación y facilita que se den encuentros posteriores. El atractivo físico lo que hace es llamar nuestra atención y despierta nuestro interés para seguir manteniendo el contacto, facilitando también una valoración favorable hacia la otra persona. El atractivo no es algo objetivo sino que depende de cada sociedad y tiempo en el que se vive. El que nos resulte atractiva una persona en nuestra primera impresión, unido a lo que llamamos "efecto halo", donde al tener una persona una característica positiva se le presuponen otras también buenas, marca la relación favoreciendo la continuidad.

Otras cualidades socialmente valoradas también influyen en la atracción, como ser amigable, atento, sonriente, afectuoso, inteligente, interesante, la posición social, el prestigio, etc.

La semejanza favorece la atracción, semejanza en cuanto procedencia étnica, religiosa, nivel cultural, clase social, edad, etc, así como valores y actitudes. Como también sucede con algunos rasgos de personalidad. Hay que tener en cuenta que el agrado y cercanía provoca que percibamos al otro como semejante y sobrestimemos sus similitudes hacia nosotros. Percibimos peor la diferencia sobre todo si el otro se muestra en desacuerdo con nosotros. Pero en otros casos podemos percibir que de alguien diferente podemos aprender cosas nuevas, resultando más estimulante y siendo por tanto recompensante.

La reciprocidad. "Nos gustan aquellas personas a las que sabemos que les agradamos".  Porque saber que gustamos a alguien hace que tengamos conductas más favorables hacia esa persona. Esta respuesta favorable es más fuerte si la aprobación se da después de un tiempo en el cual no recibíamos aprobación por parte de los demás.

En conclusión nos atraen aquellas personas cuya relación con ellas es reforzante y satisfactoria, y que si lo valoramos en términos de coste y recompensas nos encontraríamos en equilibrio.  Así como atraídos por aquellas personas con las que podemos tener coherencia de ideas, actitudes y comportamientos.


¿Y qué nos puede empujar al desamor y a la ruptura?

Precisamente muchas de las cuestiones que facilitan la atracción entre dos personas pueden estar implicadas en su disolución.  Podemos hablar de errores previos a la relación como no conocerse realmente, tener unas expectativas sobre el otro idealizadas, confundir el enamoramiento con amor; por otro lado que exista contradicción entre la independencia personal, espacio personal, objetivos personales y todo lo que suponga el compromiso con la pareja; problemas que se den en la convivencia como rutina, aburrimiento, conflictos, etc; diferencias entre los miembros de la pareja en cuanto intereses, actitudes, percepción de los problemas, valores fundamentales, grado de compromiso con el otro y la independencia que deseamos; dificultades en la comunicación, habilidades para resolver problemas, colaboración doméstica, hijos, etc; y otros aspectos como pérdida de la calidad de la vida sexual, disminución de la pasión, celos, infidelidad.

Para el mantenimiento de la pareja es de gran importancia la intimidad y la implicación de manera igualitaria de ambos miembros de la pareja en todos los ámbitos de la relación, además de tener afinidad en cuanto a ideas y valores.
Cuando se nos venga uno de esos momentos en los que nos preguntamos ¿como estoy con él/ella?, simplemente recordemos que fue aquello que nos atrajo en su momento de esa persona, lo que nos gustaba, nos hacía reir, ilusionarnos, etc. Busquemos precisamente como volver a encender esa chispa.

jueves, 17 de mayo de 2012

¿Qué estilo de padre/madre soy?


¿Alguna vez se ha preguntado de que manera incide su "estilo educativo" en el comportamiento de su hijo?. O dicho de otro modo, ¿hasta que punto como actúa uno como padre y madre tiene influencia en el comportamiento posterior del niño, tal como si se tratase de una relación de causa y efecto?.

El estilo educativo es el conjunto de ideas, creencias, valores, actitudes y hábitos de comportamiento que los padres mantienen respecto a la educación de sus hijos. Los padres en la gran mayoría de ocasiones quieren que cambien sus hijos, solicitan ayuda diciendo "mira a ver lo que haces porque yo no puedo con él, a mí no me hace caso", no dándose cuenta que son ellos los que tienen y deben tener el mando, y que precisamente de lo que ellos hagan, digan, etc; depende el comportamiento posterior del niño.

De manera general podemos hablar de cuatro estilos educativos, habrá padres que encajen totalmente en un estilo; así como también que sean una combinación de dos de ellos. Y aunque no encajemos cien por cien en ninguno, siempre tendremos tendencia hacia uno de ellos.

El primero que vamos a comentar es el estilo educativo "padre/madre autoritario", este estilo se refleja en la siguiente frase: "si te tocan la mano te toman el brazo". Este tipo de padre/madre suele poner normas abundantes y rígidas, exige sin dar razones, castiga más que premia, critica al niño en su persona y no al comportamiento mal hecho de este, no dialoga y tiene poco control de sus impulsos. En este caso el niño se muestra rebelde por impotencia, tiene actitud de huida o de engaño hacia los padres, baja autoestima y puede mostrarse agresivo o sumiso.

Un segundo caso es el estilo educativo "padre/madre permisivo", en el que los padres no ponen normas y si las hay no las aplican, evita conflictos con los hijos dejando hacer lo que quieran y ni premia ni castiga porque se muestra indiferente ante el comportamiento de su hijo. Aquí el niño muestra inseguridad, bajo rendimiento escolar por no esforzarse, con baja tolerancia a la frustración por tanto no admite un "no" por respuesta, y muy probablemente lo que pida lo quiera ya y sin demoras, y con cambios frecuentes de humor. Los padres que entran en este estilo tienen una forma de pensar en la que encaja la frase "ya le ensañará la vida".

El tercer caso es el estilo educativo "padre/madre sobreprotector", son aquellos que ponen pocas normas o las que ponen no las aplican, concede todos los deseos a sus hijos, da excesivos premios, no castiga, justifica o perdona todos los errores de su hijo e intenta evitar todos los problemas. Lo que comúnmente siempre se ha dicho como "tener al niño entre algodones". En este caso el niño responde mostrándose dependiente de sus padres, con baja tolerancia a la frustración, no permitiendo un "no" por respuesta, inseguro, baja autoestima y con actitudes egoístas (siempre con el yo, y yo,...), como si todo girara alrededor de él. Este estilo de padre/madre se define en la frase "los padres tienen la obligación de cuidar de sus hijos".

El cuarto estilo educativo es "padre/madre asertivo", son los que ponen normas claras y adecuadas para la edad, tienen un uso razonable de premios y castigos, estimula la autonomía e independencia del niño y hace uso del diálogo y la negociación. No olvidándose de alagar verbalmente reforzando de manera positiva el comportamiento del niño. De esta forma el niño adquiere buen nivel de autoestima, adquiere sentido de responsabilidad, aprende a tomar decisiones, a socializarse y a respetar las normas. Este estilo de padre se refleja en la frase "para aprender hay que equivocarse".

Hagamos un juego, ¿En qué estilo educativo encajan cada una de estas frases?

Tengo que ayudarla porque todavía no sabe comer sola.
Cuando los demás se rían de ella, ya aprenderá a peinarse sola.
¡Muy bien!, mira aquí te has equivocado. Corrigelo y ya lo has terminado.

¿En qué estilo me reconozco como padre?

¿Hacía dónde debo tender y cambiar mi comportamiento como padre para tener las mejores consecuencias en el niño?

El estilo al que debemos tender es al estilo asertivo, donde se propicia un equilibrio, valorando lo positivo y los progresos e ignorando los pequeños errores. Teniendo el padre o madre su espacio, el niño el suyo. Sin perder ninguno su lugar. Sin atacar a su persona, ni a la autoestima, permitiendo un buen desarrollo emocional y aumentando la autonomía en el niño. En definitiva se trata del estilo más saludable.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿A qué tenemos miedo?


Los miedos pueden ser muy diversos, pero tener miedo es un sentimiento natural que cumple una función biológica, como es despertar la respuesta de defensa propia del instinto de conservación de la especie. Este mecanismo nos pone en guardia ante el peligro, como una "alarma antirrobo".

Existen diferentes clases de miedos: los que llamamos miedos innatos que son con los que reaccionan los bebés desde el primer día de vida. Por ejemplo, grandes ruidos, dolor, miedo a las alturas, etc. y que son normales en esta etapa; los llamados miedos normales los producen estímulos con una gran intensidad y peligro; los miedos aprendidos son aquellos que nos surgen de nuestras experiencias especialmente negativas, y de lo que nos enseñan nuestras figuras paternas, tanto a través de la educación influida por la cultura del miedo como por ejemplo: "no hagas eso que te vas a caer", "eso no lo toques que lo rompes", etc, como también porque nos trasmiten sus propios miedos, muchos de estos miedos resultan inútiles y pueden acabar generando fobias. En este caso ya estaríamos hablando de miedos patológicos. Miedos que se repiten con frecuencia y cuyas manifestaciones son muy intensas.

La fobia es un miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinadas situaciones, cosas o personas. En estos casos ya estamos hablando de la existencia de un trastorno de ansiedad, porque la reacción de miedo se vuelve desproporcionada ante estímulos y situaciones cotidianas, o porque se presenta ante situaciones inocuas donde el miedo no tiene razón de ser. En este sentido, en los trastornos de ansiedad, la  respuesta de miedo funciona como un "dispositivo antirrobo defectuoso".

En la actualidad son muchas las personas que viven en un estado de alteración, preocupación y aprensión continua, dejando de vivir el aquí y ahora, porque no disfrutan, el miedo no los deja.

La ansiedad o miedo tiene tres componentes: el cognitivo, mediante el cual la persona percibe y evalúa las situaciones o estímulos como amenazantes o peligrosos; el fisiológico, conformado por los cambios que se dan en el organismo como sudoración, temblores, aumento de la tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, etc y el componente motor, que incluye las características reacciones musculares que nos lleva a la defensa o huida, es decir, la persona frente a los estímulos temidos realiza conductas que le ayudan a escapar e intentará evitarlos cada vez que estén presentes.

Dentro de lo que son las fobias tenemos, fobia a los animales, como por ejemplo, serpientes, pájaros, perros, etc; fobias situacionales, como miedo a las alturas, a volar, a conducir, a los espacios cerrados, etc y fobia a la sangre y las heridas, que se caracteriza por presentar temor a situaciones de sangre, heridas, así como a estímulos que pueden estar asociados a ellos como, por ejemplo, agujas y jeringuillas.

Algunos nombres con los que se conocen ciertas fobias son: aquafobia, miedo a entrar en el agua; claustrofobia, miedo a los lugares cerrados; zoofobia, miedo a los animales; fotofobia, miedo a la luz; hematofobia, miedo a la sangre; aracnofobia, miedo a las arañas; amaxofobia, miedo a conducir; acluofobia, miedo a la oscuridad, etc.

A la hora de superar una fobia un elemento clave, y cuya evidencia actual ha demostrado que es el tratamiento psicológico más efectivo, son las técnicas de exposición. En las que la persona en terapia entra en contacto de manera activa con los estímulos que evita, enfrentando de forma directa sus miedos.

Resulta vital no permitir que el miedo nos paralice impidiendo lograr todo aquello que queremos alcanzar, nuestras metas, ilusiones, proyectos, sueños, etc. El miedo nos bloquea o paraliza haciendo que posterguemos decisiones que son buenas para nuestro crecimiento personal, profesional y/o interior. La mejor manera de superar los miedos es afrontándolos y aceptando su presencia, están allí y son tan sólo una emoción que nos puede paralizar de por vida, o que nos puede impulsar a vivir plenamente.


martes, 8 de mayo de 2012

Sección de noticias: Ayudar a los que te rodean reduce la percepción de los problemas y hace que el individuo se encuentre mejor


Empatizar con la otra persona, preocuparse de su estado, y ayudarle en todo lo posible es una manera de reducir la percepción de los problemas propios y, por tanto, de alcanzar la felicidad, sostiene el periodista y escritor Francesc Miralles, autor del libro '365 ideas para cambiar tu vida. Hoy puede ser un gran día'.
   "Vaciarte de ti mismo para llenarte de los demás" es, en su opinión, la "manera directa" de llegar a la meta de la felicidad. Por lo que considera positivo que alrededor exista una "interacción muy alta", que posibilite escuchar y "echar una mano" al otro. "En el momento en el que estamos dedicados al otro, ese tiempo no le dedicamos a nuestros problemas", asegura en una entrevista a Europa Press.
   Miralles reconoce que el optimismo está marcado genéticamente aunque matiza que existan otros factores, como la educación o la actitud de los padres, que son determinantes a la hora de que la persona afronte de una manera u otra las dificultades que se interponen en su camino.  
   "Si tus padres son pesimistas, sienten miedo, tienen ansiedad, los hijos lo perciben", asegura el escritor, quien pone por ejemplo a los descendientes de pilotos de coche, que están acostumbrado al éxito, y que tiene otro tipo de actitud.
   En relación a si esta forma de ser puede reconducirse con el paso del tiempo, Miralles pone como límite los 30 años ya que, a partir de entonces, la conducta no es tan "moldeable".
   
Para ver la noticia integra, pincha:


Sección de noticias: Los españoles tienen un gran desconocimiento sobre los síntomas de la esquizofrenia y el trastorno bipolar


La mayor parte de los ciudadanos españoles tienen un gran desconocimiento sobre los síntomas de la esquizofrenia y el trastorno bipolar, según una encuesta promovida por la Fundación AstraZeneca, realizada a 5.473 personas, y que ha sido publicada en la revista de Psiquiatría y Salud Mental. En concreto, casi la mitad de los encuestados reconoce no saber los síntomas específicos de estas dos enfermedades y aquellos que conocen alguno tienden a destacar los aspectos negativos como, por ejemplo, la violencia o las conductas agresivas.

   Según la responsable del Programa de Trastornos Bipolares del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario La Paz, y coordinadora del artículo, Consuelo de Dios, estos resultados son "sorprendentes" y deben "mover a una profunda reflexión" sobre la información que se transmite de las mismas a través de los medios. Además, la doctora destaca la "absoluta necesidad" de realizar campañas de información y de formación sobre las enfermedades mentales graves dirigidas a la población general.
   Asimismo, el estudio refleja que más de la mitad de los encuestados creen que estas enfermedades no son fáciles de diagnosticar y, un 40 por ciento de ellos, considera que son los propios pacientes y familiares los que desconocen si poseen esta enfermedad. Además, creen que si el enfermo conoce su enfermedad suelen tender a ocultarlo y no acuden al médico por miedo al rechazo social que producen.
   "Estos resultados confirman la necesidad de combatir el estigma asociado a las enfermedades mentales, y la dificultad de acceso al sistema sanitario como otro elemento que retrasa y dificulta el diagnóstico", comenta la doctora.
   Asimismo, en el estudio también se desprende la utilidad de los  tratamientos psicológicos y de los farmacológicos, ya que, la mayoría de los encuestados, señala que el tratamiento es para toda la vida y que abandonarlo puede ser perjudicial. Sin embargo, un subgrupo considera que sólo se debe de tratar cuando hay síntomas, que un tratamiento muy prolongado puede ser perjudicial y que el tratamiento es sencillo y cómodo.
  "Un porcentaje alto tiende acertadamente a pensar que son tratamientos a largo plazo, que su abandono puede llevar a una recaída, que es necesario el tratamiento continuado, y que los abordajes terapéuticos  que combinan el tratamiento farmacológico con alguna intervención psicosocial o psicológica son los más adecuados", explica esta experta.
   En este sentido, los encuestados señalan que estas enfermedades generan mucho rechazo social, una sobrecarga familiar y sufrimiento a quien las padece.

Para leer la noticia integra, pinchar:

lunes, 7 de mayo de 2012

El rincón de la encuesta: resultados de "¿A qué tienes miedo?

El pasado mes de Abril iniciamos una encuesta, para conocer a qué se tiene miedo, entre los seguidores del blog. En total han habido 14 participantes y los resultados son los siguientes:

A los espacios cerrados    4 votos   28%
Otros                                4 votos   28%
A las arañas                      2 votos  14%
A conducir                       2 votos   14%
A la sangre                       1 voto      7%
A la oscuridad                  1 voto      7%

El resto de opciones propuestas no han dado lugar voto.

Tras los resultados esta semana aprovecharemos para hablar sobre los miedos y las fobias.

Gracias a todos por vuestra participación.



miércoles, 2 de mayo de 2012

Emoción y aprendizaje escolar


Aunque siempre se ha prestado más atención a otros aspectos que influyen en el aprendizaje, las emociones son esenciales, y si hablamos de la infancia las emociones tienen gran importancia ya que a través de ellas podemos motivar para el aprendizaje escolar.

La atención estaba más puesta en la capacidad intelectual y en las aptitudes en relación con el aprendizaje.  Pero como actualmente los problemas que surgen en la escuela tienen un carácter más emocional, ha hecho que se preste más atención a las actitudes, la motivación y la expectativas. Viendo que que no solamente es importante el cociente intelectual sino también la inteligencia emocional. El fracaso escolar de muchos niños superdotados fue lo primero que llamó la atención hacia los aspectos emocionales en el aprendizaje. Un niño superdotado tiene capacidad intelectual y aptitudes, pero emocionalmente le influye el aburrimiento si en clase no se le proporciona una estimulación adecuada a sus necesidades, lo que le lleva a dejar de prestar atención en clase.

La atención, memoria y el procesamiento de la información en el aprendizaje están muy ligados al estado emocional del niño. Influyen tanto las emociones negativas como las positivas. Una emoción que afecta negativamente es la depresión, donde la idea de incapacidad es más potente que la incapacidad en sí misma. En este estado emocional, cuando un niño tiene desesperanza sobre su capacidad escolar no se plantea metas y, si lo hace, no confía en ello; por lo que su esfuerzo e interés decae. Otra emoción que aunque supone una mayor activación emocional produce también un descenso en el rendimiento, es la ira.  La clave está en el equilibrio emocional, las emociones de intensidad moderada ayudan al aprendizaje, pero la ausencia de emoción y el exceso dificultan el aprendizaje.

Todo aprendizaje necesita su dosis emocional pertinente. La ansiedad, la ira, el entusiasmo, el estrés, el miedo, el orgullo y la vergüenza ayudan a aprender siempre que se den en su justa medida. Sin embargo, la depresión, la desesperanza, una ansiedad muy alta, la rabia dificultan la motivación para el aprendizaje. Por todo esto promover una activación emocional equilibrada y la detección de las emociones negativas que impiden el aprendizaje resultan de gran importancia en el entorno escolar.
Como vemos la emoción facilita el aprendizaje, pero si se da intensa o patológicamente lo dificulta.

Un aspecto con el que se puede crear motivación, es a través del disfrute de la tarea. Dividir las cosas a aprender y presentarlas de la forma más atractiva posible, incluso en forma de juego. Pero cuando la materia a enseñar se complica, el juego es más difícil de presentar, y para generar motivación de forma emocional se puede utilizar la competición, la consecución de premios...

Para motivar a un niño o a un adolescente a aprender hay que utilizar todo tipo de emociones, especialmente las positivas que le animen a realizar el esfuerzo necesario para el aprendizaje. Cuando esto se da también puede aparecer como consecuencia el sentimiento de pertenencia a la escuela, la cooperación con los compañeros y la comunicación afectiva con el profesor. Con todo esto el éxito está garantizado.

Padres y profesores pueden intervenir en la educación emocional del niño, haciendo que este conozca sus puntos fuertes y débiles dándole información puntual sobre su conducta sea esta mala o buena tanto académica como social. Como ya sabemos es muy importante no sólo estar detrás de la conducta inadecuada sino saber reforzar lo adecuado. Y a la hora de corregir, es especialmente importante, no decir "eres" sino "estás" (así indicamos que el fallo está en la conducta y no atacamos a la persona) y a continuación indicar el modo de conseguir la actuación adecuada, y dar apoyo para ello. Suele ser más fácil para los adultos reprender la conducta mala y dejar sin reforzar la buena. Es importante acabar con esta inercia y alabar las conductas deseadas. Sino se puede caer en el error de no prestar atención a los buenos alumnos "porque no molestan" y solo prestar atención a aquellos que presenten peor conducta. Corriendo el riesgo de crear malestar emocional en los buenos alumnos, haciendo que en estos pueda disminuir su motivación e interés.