viernes, 27 de septiembre de 2013

Sección de noticias: Cómo ayudar a un familiar o amigo con depresión



He decidido compartir está noticia porque me parece de gran utilidad, ya que si de manera muy lenta vamos conociendo lo que son las enfermedades mentales y los síntomas de cada una de ellas, y aún así todavía hay desconocimiento, ya no quiero ni contar el desconocimiento que hay en cuanto a como tratar, comportarse o ayudar a alguien cercano que lo sufre. Así que en palabras de María Jesús Álava Reyes, para mí referente profesional, tenéis unas muy buenas pautas en el caso de la depresión. Aprovecho también para recomendaros la lectura de su libro  "La inutilidad del sufrimiento" en el que de manera sencilla explica como el pensamiento puede ser el mayor enemigo de uno mismo haciéndonos caer una y otra vez en el mismo sufrimiento, así como pautas y técnicas para mejorar en este sentido y lograr una perspectiva más positiva.


Si queremos ayudar a alguien con depresión lo primero es, según María Jesús Álava Reyes, directora de la Enciclopedia «La Psicología que nos ayuda a vivir» (La Esfera de los Libros), comprender a la otra persona. «En psicología utilizamos la palabra empatizar, que significa ponerse en el lugar del otro, poder mirar el mundo desde los ojos de la otra persona. Ello nos ayuda a tener una mayor sensibilidad hacia el deprimido y poder dirigirnos a él, con el respeto y la amabilidad necesaria para que nuestra compañía resulte agradable y, por tanto, se muestre receptivo a nuestras posibles sugerencias», explica. Otra cuestión muy importante es «reconocer que no somos terapeutas profesionales y que, por tanto, no ostentamos un papel decisivo en su recuperación. Aceptar este hecho nos puede ayudar para no frustrarnos más de lo decisivo», continúa Álava Reyes.
En ocasiones los familiares cercanos se irritan con la persona deprimida porque no responde a sus expectativas. Según esta psicóloga, directora del Centro de Psicología Álava Reyes, «estos enfados suelen agravar los sentimientos de menosprecio y de culpabilidad del deprimido. Es importante asumir que es complicado remontar una depresión y que ello no es debido a la falta de voluntad del deprimido, sino a la propia depresión que, entre otras cosas, anula la voluntad de la persona».
No obstante, prosigue esta psicóloga, esto no implica que debamos complacer en todo a la persona deprimida. «No es bueno alimentar sus quejas o fomentar discursos negativos». Es más, propone, «frente a ello, convendría que retiráramos nuestra atención de manera que no premiáramos con nuestra escucha su visión negativa de las cosas». «También podemos —sugiere— desviar sutilmente la conversación hacia otros temas». ¿Cómo? «Podemos emplear frases del tipo: "No creo que sea bueno para ti conversar sobre temas que te producen malestar", o "entiendo que en tu situación veas todo tan negativo pero creo que no es bueno que yo lo alimente, así que si te parece podemos hablar de otros temas, por ejemplo... el restaurante vegetariano que han abierto a la vuelta de la esquina. Podríamos invitar a la tía María cuando venga de hacerse su revisión, ¿crees que le gustaría?"». En este sentido, y siempre de manera tranquila, indica Álava Reyes, «podemos dar una visión más serena y realista sobre las circunstancias que le preocupan. «Pero tendremos que intentar que no sea vivido como un reproche hacia ellos, así como evitar la confrontación».
Para Álava Reyes, autora también de «La inutilidad del sufrimiento» (La Esfera de los Libros), es bueno que contribuyamos a que la persona realice actividades, especialmente gratificantes. «Eso sí, teniendo en cuenta que la persona deprimida no está en buena disposición para llevar a cabo actividades, conviene que nuestras peticiones o sugerencias no suenen a imposición».
Es muy importante, puesto que los procesos son lentos, reforzar pequeñas mejorías. «Por ejemplo, si observamos que ha pasado una tarde sin las quejas habituales, o que ha hecho el esfuerzo de arreglarse un día, podemos hacer un comentario positivo, darle un beso, llevarle flores... en definitiva, mostrar nuestra satisfacción de manera que la persona lo aprecie». «Hacer sentir bien a la persona deprimida, cuando ha mostrado alguna pequeña mejoría es la mejor forma de recompensar sus esfuerzos y contribuir a mantenerlos», concluye esta especialista.

FUENTE: ABC
http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20130820/abci-como-ayudar-depresion-201308131637.html


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